A mis dos más bellas damas

(Un...algo así, al "tun tun", sin borrador ni segundas lecturas. Sale como sale)


Hemos aprendido a disfrutar nuevas músicas, a tolerarlas por lo menos. A compartir las mierdas del día a día, las sonrisas, la cama, y el último vaso de leche. Estamos aprendiendo -no gratamente-cómo carajo se vive sin un peso, cómo carajo se vive? Estamos aprendiendo.

Nos hicimos expertas en el llanto y el abrazo compartido. En hacer de madres/hermanas/amigas/novios/maestras cuando es necesario.

Perdón, el llanto casi que me ahoga y puedo sentir como a ustedes también. Quizás no lloren con lágrimas (o si...) en este preciso instante en el que escribo, pero sé que lloran conmigo. Un poco lejos están, en otras paredes, abrazándome el alma e intentando con todas sus fuerzas arrancarme el cacho de angustia que tengo.
Perdón perdón, sigo...

No tenemos idea de como se sale de esta, de cómo termina. Estamos descubriendo -de verdad-, lo que es sentirse solas, en la mismísima mierda, faltas de todo. Pero nunca, nunca realmente s o l a s. Y debo decirlo, aunque odie sonar tan asquerosamente cursi...

El término h e r m a n a s d e l a l m a es mucho, tanto más que un cliché asquerosamente cursi.
Existe, la verda´. Y sabes lo que pasa...?


N o s t e n e m o s a n o s o t r a s m i s m a s.

(Muchachas: No se a ustedes, pero eso a mí me alcanza para seguir...)

Desde el 105, sentada en el asiento que esta arriba de la rueda trasera, del lado derecho, las vi. Un beso de despedida, era obvio. La que tenía la mochila enorme colgada de los hombros y de toda su espalda besaba con una fuerza tierna, con los pies sobre la vereda. La otra besaba triste, con los brazos colgando a los costados, casi resignada diría, y parada sobre el escalón del edificio. Dos segundos, arrancó el bondi, y el hombre que tenía sentado al lado las siguió con la cabeza y con la mirada hasta que, calculo, las perdió de vista. Se volvió al frente, miró la nuca del de adelante y reveló un suave "Ah bueno".

No se si me perdono no haberle dicho nada; sus dos palabritas me quedaron retumbando en la cabeza y raspando en la garganta, casi tanto como la sensación de vacío que me agarra cuando visualizo tan claramente al amor.
Yo quiero irme a la mierda, y quiero un novio que me despida en la puerta del edificio con lágrimas en los ojos, y los brazos colgando a los costados.
Esa sonrisa piensa. Aunque a ellos no les guste asumirlo, mirenla, y díganme si me equivoco. Yo les juro que esa sonrisa piensa mucho, y sufre barbaridades. "Tranquila, sos joven". Maldita sea, qué frase que odia escuchar!
Mirala, mirala, cómo sonríe. Ves? Se le ven todos los dientes, es que en este preciso momento se le esta desgarrando el alma. Pobre, tiene el romanticismo apretadisimo en las venas la flaca, y no sabe para donde mandarlo, compartirlo, casi que ni tiene con quien. Pobre, me da algo de pena, esto que le pasa va de lo triste a lo tierno, y de lo tierno a lo patético con una facilidad que...
Esa sonrisa tan joven esta al limite de quebrarse, todo el tiempo. Pero aún cuando llora, la sonrisa está ahí. Yo te entiendo pero...
Es que, flaca, no queda bien que siendo tan joven tu cabeza tenga tantos mambos. Dejate de joder de una vez.